jueves, 2 de julio de 2009

Un deportivo baratito

De vez en cuando, álguien pretende hacer un edificio y va dando los pasos oportunos. Busca suelo y dinero, contrata a los técnicos, a la empresa constructora, pide los permisos oportunos, etc...

Es comprensible que no quiera gastar más de lo que tiene pensado, pero también hay que tener en cuenta que lo que se está pidiendo no deja de ser un producto artesanal con cierta tecnología aplicada y que además involucra a muchas personas de diferente preparación e intereses dispares.

Todo va bien mientras no hay ningún problema, pero resulta que la realidad es cruel y en demasiadas ocasiones, la promoción y la construcción plantean problemas. La mayoría de la gente compra un producto terminado, como por ejemplo un piso, y puede decidir si le convence o no y si el precio es razonable. Pero hay quien quiere algo a su gusto y se mete a promotor, entonces pasa de ser un cliente a ser un agente de la construcción que debe saber a que atenerse.

Un edificio no es un coche, no se hace en una fábrica, lo que no quita que deba tener el mayor grado de calidad posible. Pero además no se puede pedir un deportivo por el precio de un utilitario, ni en automoción ni en arquitectura.

Solicito comentarios sobre el tema.

2 comentarios:

  1. ¿Qué te ha pasado? ¿Algún cliente descontento? Piensa que en mi otra faceta, la hostelería, la cosa puede ser aún peor... ¡Ánimo!

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  2. Despues de haber sufrido a muchas propiedades... y en particular a dos que se acercan mucho al ejemplo, dos autopromotores de su vivienda de sueños...

    Por un lado entiendo que ponen toda su ilusión en algo que al final pocas veces se parece a lo que ellos habían soñado, pero por otro lado, estar cambiando de opinión cada dos segundos, hacerte deshacer las cosas para cambiarlas por otras distintas porque no les convencen... y todo gratis por supuesto...

    Desde el punto del diseño es más cachondo todavía, porque te contratan como arquitecto, como experto en la materia, como una persona con conocimientos técnicos y artisticos para llevar acabo el proyecto... pero al final pesa mas la opinión del ultimo vecino que le ha dicho lo que sea, o de su hermana que es frutera en móstoles pero opina que el ladrillo rústico es lo mejor... ufff mejor no sigo.

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